La Voz del Pueblo y Los Plenos Poderes

Dos semanas después de las elecciones y pasadas la primeras reacciones y los principales clamores se puede sacar a relucir las siguientes conclusiones:

- Esta claro que el país entero le dio la espalda a los partidos tradicionales, cansados ya de su paupérrimo desenvolvimiento en los últimos 29 años, donde alternadamente tuvieron la oportunidad de ejercer el Poder. Esta responsabilidad fue tomada a la ligera y en donde las ambiciones personales tuvieron más peso que el desarrollo del país. Cada gobierno en su turno hizo del Estado su botín político, la prebenda su bandera y el latrocinio su campo de acción. Durante este período no faltaron los escándalos, la corrupción se convirtió en el deporte nacional, los Poderes del Estado se subyugaron ante el cacique o el caudillo de turno que muchas veces sin necesidad de ser Presidente manipulaba el destino de la Nación.
- La falta de nuevos cuadros en los partidos políticos hizo que la renovación esperada no llegara nunca. La sombra de los líderes, la falta de acciones claras de cambio hizo de estos meros instrumentos tácitos dentro del tablero político, dejando espacio a nuevos elementos y nuevas tendencias que vieron en este debacle la oportunidad de tener un espacio.
- El apabullante triunfo del gobierno (nunca visto en historia republicana) responde a varios factores: La sintonía del pueblo con su Presidente , que en el ve el representante que va a poner la casa en orden, el que responde a todo y a todos. Su estilo no es bien visto por muchos sectores que ven en el la reencarnación de la demagogia populista o la copia al carbón del coronel Chávez. Lo cual a mi forma de ver no es verdad. Es cierto que el proceso ecuatoriano tiene similitudes con el venezolano, compartimos algunas tesis pero nunca podrán ser iguales, por que sencillamente respondemos a diferentes culturas. Tenemos el mismo idioma , similar bandera , enaltecemos a los mismos héroes pero no somos iguales y por lo tanto lo bueno que hagan allá no necesariamente será bueno acá y viceversa ; Se acuso al Presidente de participar activamente en la campaña perjudicando a los demás candidatos , pero me pregunto ¿Si el Presidente fue el principal gestor de la realización de la asamblea , no es lógico que participe de la misma, apoyando a sus candidatos?, lo deplorable sería constatar que este apoyo fue con fondos del Estado , por lo que propongo que el Sr. Contralor que realice una auditoria para evitar cualquier sospecha. El principal factor del triunfo de la lista gobiernista, fue las ansias del pueblo del cambio, de la nueva gente, de las nuevas ideas, de la hora de todas esas personas que se prepararon con el afán de beneficiar al país, no a sus bolsillos. El condumio del asunto es que gracias a la mayoría lograda en la asamblea se podrá conseguir un modelo propio en el cual nadie estará excluido para lograr la sociedad justa y equitativa que todos pretendemos, sin necesidad de negociar con fuerzas políticas de discurso diferente cuyo lugar la democracia lo asegura, pero sus mezquindades y contubernios será para otro ocasión.

El 15 de abril del 2007 aparte de lograr la realización de la Asamblea Constituyente se aprobó un estatuto que establece, que la Asamblea tendrá plenos poderes para la realización de una nueva constitución, así como también para reformar el marco institucional del Estado que será ratificado por el pueblo mediante referéndum. Es decir mientras no se apruebe la nueva constitución, aún rige la antigua. Por lo tanto cualquier intento de reforma o derogación antes de tiempo es inconstitucional. En últimos días a tomado cuerpo la idea de que la primera acción de la Asamblea es la destitución del Congreso Nacional lo cual no es posible por que va contra la ley que el pueblo aprobó. Es cierto que el Congreso Nacional es por el momento la institución más desprestigiada de la Nación, que despierta la total desidia de la ciudadanía, pero debemos entender que vivimos en democracia, que muchas de las situaciones que suceden no tienen nuestro aval pero solo de su aceptación y respeto nos permitirá forjarnos como país. Lo más factible sería que los congresistas renuncien a sus cúreles o interrumpan sus funciones hasta la pronunciación del pueblo en el referéndum aprobatorio, acatando así el mandato popular.

Francisco Martínez Semanate
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