martes, 25 de septiembre de 2007

LA INTOLERANCIA DE LA PASION

A esta hora casi se tiene la certeza de haber hallado al autor del disparo de la bengala que causo la desafortunada muerte del menor Carlos Cedeño Velez, antes de la disputa del clásico del astillero de la semana anterior. Durante todo este tiempo los medios , la sociedad , el gobierno, en fin todo el mundo no a escatimado tiempo y espacio para hallar los culpables de tan lamentable hecho, así como también tratar de encontrar las razones de por que suceden estas cosas .
Hemos visto la confrontación de dirigentes contra barras; policías contra dirigentes; federación contra policías, todo un caldo de cultivo que lo único que se saca en conclusión es que no existe la debida seguridad en los estadios y que la violencia en el fútbol es una realidad tangible que se mira de cerca.

Este fenómeno no es nuevo, ya desde hace rato se ha enquistado en el medio futbolístico, pero no lo queríamos ver o no le dábamos la importancia del caso. Recuerdo que al final de mi adolescencia y principios de mi juventud fui un furibundo barra brava de la AKD ( que hasta hoy es mi vida y pasión) Aparte de ir al estadio a alentar con toda mi alma al equipo , saltar hasta que se acabaran mis fuerzas , beber cerveza hasta el cansancio y otras actividades no tan santas , lo que cerraba con broche de oro esas tardes de fútbol era batirse a puño limpio con las barras rivales (si tenian una camiseta blanca mucho mejor ), por el pecado tan grave de ser de otro equipo , muchas veces no importaba el resultado del partido simplemente la gresca tenia que continuar . Así pasaron unos pocos años , hasta que un buen día al llegar a casa , me encuentro con la noticia , que un primo muy querido hincha también a morir del Quito se hallaba convaleciente en un hospital como resultado de una golpiza que le propinaron cuatro fanáticos de Liga .

Al visitarlo, constate con alivio que la cabeza y los huesos duros de mi primo lo habían salvado, que gracias a la divina providencia todo fue superficial, que el tiempo y un poco de terapia curarían las heridas. Al estar en esta situación y caer en cuenta del sufrimiento que se puede provocar, descubrí con horror mi errado proceder. Comencé a entender que el fútbol es solo un juego (el más hermoso por cierto) que todo debe acabar y terminar por los noventa minutos que dura el mismo.

César Luís Menotti decía: “El fútbol es la cuestión más importante, de las cosas que no tienen importancia”, por lo tanto debemos alentar y hasta amar a nuestro equipo, pero que esta situación no nos ciegue o peor aún nos haga caer en extremismos e intolerancia. Comprender que el triunfo es para celebrar nunca para exagerar. Entender que las derrotas son amargas pero parte del juego, que debemos dejar toda nuestra bronca y desilusión en la puerta del estadio.

La sanción para el incidente de la bengala debe ser ejemplar, para crear un precedente. Hacerles ver a los violentos que no tienen cabida en los estadios y que cualquier falta será castigada con todo el rigor de la ley. Es necesario fumigar los escenarios deportivos de estos inconscientes que en momentos de euforia solo cometen desgracias.

Francisco Martínez Semanate
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Quito-Ecuador

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