martes, 1 de abril de 2008

Buscando Un Poema

La semana anterior fue dedicada a la poesía , lo cual me tuvo sin cuidado , soy de las personas que rehuye las páginas literarias cuando el tema trata de poesía o poetas ,escapa de las conversaciones cuando Benedetti o Neruda toman escena, corre desesperadamente solo al escuchar los versos de Byron o de Machado , la verdad no cuaja conmigo . La poesía nunca me ha dicho nada, me parecen un montón de palabras difíciles, que no tienen ningún fin, que evoca sonoridad dejando de lado la realidad .Que no sabe a ciencia cierta que busca pero todo encuentra. Se que muchos de ustedes piensan que estoy totalmente equivocado, que hablo puras tonterías y no tengo idea lo que digo, es más presiento que más de uno cree que blasfemo.

Admiro a las personas que hacen poesía .Debe ser muy difícil tener esa sensibilidad o esa visión del mundo .Se debe nacer para ser poeta, no es algo que se aprende, simplemente se acepta. Transformar el lenguaje común en sublime es el desquiciado intento de tocar el cielo con las manos. Encontrar las palabras adecuadas y junto a ellas darles melodía para expresar frescura, novedad y sentido, es una tarea definitivamente de los que tienen tiempo y su amor a las letras es un mar que nunca subyuga. Pero a más de tener certeza de este caos, la verdadera interrogante surge cuando intentamos saber la causa o motivo de la inspiración del poeta.

Se puede decir que la inspiración proviene de la subjetividad del autor, de su realidad interior, de lo que lo hace evocar y soñar. Algunas veces esta interioridad puede resultar demasiado profunda para que talvez muy pocos la entiendan, o puede ser demasiado cursi para llegar a las almas simples.

También se propone que la inspiración proviene del mundo exterior, de la vida en general, de las situaciones y de los hechos; del momento en que ocurre, del ya y el presente.

Otros aseguran que la inspiración inicia gracias a la presencia de las musas. Que como seres mágicos aparecen de la nada y es tan fuerte su presencia que el impacto que nos causan nos obliga a cantar con palabras.

Las tres teorías me parecen bastante aceptables; pero ¿cual responde a mi pregunta? Las respuestas como todo lo que ocurre en la vida, lo halle donde menos lo esperaban.

Una noche de juerga termine con mi humanidad en el Seseribo, extraño lugar para concluir una noche de fiesta, sobre todo a mí que no me agrada la salsa.

Al entrar y escuchar los primeros acordes me puse en estado de alerta. No se puede menospreciar a la salsa como música; la percusión, los vientos y los bajos hacen a esta música única, pero ante todo es el efecto que produce la música en la gente. Al momento de escucharla nadie puede evitar moverse, contagiarse con el ritmo, y una electricidad empieza a recorrer los cuerpos. Todas las personas tienen la risa a flor de los labios. En ese instante deja de existir el mundo, la sensualidad invade el ambiente y las almas se entregan con frenesí a la música.

Después de intentar dar unos pasos en el salón, los cuales fueron pocos debido a mi nula destreza. Me dedique a mirar a las parejas en la pista. Mis ojos recorrieron el espacio hasta que se posaron, en una muchacha que sobresalía del resto. Sus movimientos mostraban tanta soltura y pasión que destilaban placer y garbo con cada paso. Parecía tener luz propia. De repente todo desapareció y solo ella existía en la pista. Fue cuando descubrí a la musa. La musa que vestía de negro y violeta, aquel ser brillante y evanescente que con cada uno de sus movimientos construía poco a poco el poema, haciendo de esos minutos eternos.

¡Revivirlo hace que todo tenga sentido!

Comprender la naturaleza de la inspiración y el génesis de los poetas cuando le dio la gana al destino.

Francisco Martínez Semanate

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Quito-Ecuador

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